John Ramírez se enamoró, desde la lejanía de un pequeño pueblo del estado de Texas, del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en su primer viaje a Madrid en 1974. Regresó en numerosas ocasiones por cuestiones laborales relacionadas con su profesión de ganadero y cowboy. Siempre sacó algún momento para recorrerla y esta vez fue su hijo, Mike Ramírez, quien me contactó para guiarle por la misma con el objetivo de homenajearle esparciendo parte de sus cenizas en ella. Compartió algunas fotos antiguas que conservaba su padre y aceptó que durante la ruta le hiciera algunas fotografías que constituyen esta serie "Cowboy Ramírez".